Columna "Testigo" por José Antonio Aybar
ESTILO SUPERADO
El tipo de campaña que pretenden llevar los “asesores” del colega y amigo César Dalmasí en procura de agenciarse la presidencia de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), la creíamos superada desde hace años.
Si hay un candidato a quien no le favorece ese tipo de inventos infantiles es a Dalmasí.
Estoy seguro que él no comulga con esta política desterrada hace un tiempo y que ha llevado a la institución a dejar en el pasado elecciones traumáticas como la que motivó hace unos años que amigos que perdieron la contienda tomaran la decisión de abandonar la institución.
Feliz Vinicio, quien se ha manejado con prudencia ante los ambates de que ha sido objeto desde que anunció sus deseos de volver a dirigir Acroarte, no debe caer en el jueguito y estoy seguro de que esa es su política.
Desde el año pasado una buena cantidad de miembros de Acroarte nos propuso como candidato para dirigir la entidad, a los cuales les confesábamos nuestro interés de aceptar la propuesta.
De hecho, hubo un momento en que tomamos la decisión de aceptarla, pero otras p ropuestas en el orden profesional nos impidieron continuar con tales propósitos.
Desde entonces nos hemos mantenido ajeno a la contienda electoral que inició de manera formal tan pronto pasaron los premios Casandra. Nos hemos mantenido en el “line up”.
Hasta hace unas semanas ambos candidatos se concentraron en buscar los votos, en un ambiente de hermandad y solidaridad.
Desde hace un par semanas la campaña ha ido tomando otro color, sobre todo al ver el poder de convocatoria de Feliz Vinicio en Santiago de los Caballeros, quien el pasado sábado recibió un gran apoyo de los miembros de la Ciudad Corazón.
Es cierto que acudieron miembros que no comulgan con la propuesta de Lora, a lo sumo tres, lo que al parecer ha levantado ronchas en quienes adversan al expresidente de Acroarte y se han despachado con un desagradable email con el que buscan empañar la campaña.
SOMOS UNO
Tanto César Dalmasí como Feliz Vinicio Lora tienen buenas intenciones y proyectos para Acroarte. Luego de estudiar esos proyectos en carpeta la mayoría votará por el que más convenga a la institución.
Las campañas de descrédito, venenosas y desesperadas, deben dejarse en el pasado.
Todos sabemos cómo han terminado esas campañas mal dirigidas y que a final de cuentas no surten el efecto que se busca.
Las elecciones de Acroarte las decide un puñado de miembros. No el país.
Eso es bueno que se entienda, para que en junio próximo, cuando surja un ganador, nos podamos abrazar todos en favor de Acroarte.