Emelyn Baldera.-
Que sepa cuando hablar y callar, pero sobre todo que no necesite hacer mayores promesas que su trabajo para ganar el favor del voto en las próximas elecciones Hace más de seis años que ingresé a la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) y no me atrevo ni siquiera a ponerme al lado de esos miembros que tuvieron el valor de echar a andar una asociación de tal magnitud.
Hablar de nombres como Carlos Cepeda Suriel, Carlos T. Martínez, Napoleón Beras, José Tejada Gómez, Rosaneida Gómez es hablar de trabajo, dedicación y entrega a esta institución que busca resaltar los valores artísticos del país.
Ellos son sólo un ejemplo, son muchos los que aún siguen vigentes en el seno de la institución y que no necesitan pregonar que son miembros fundadores porque sus aportes están a la vista de todos.
Hoy la entidad está inmersa en un proceso electoral con miras a elegir su nuevo presidente de para los próximos dos años y yo desde aquí me atrevo a decir cuál es el candidato que quiero para la Acroarte de todos.
Quiero un presidente capaz de interactuar y más aún de preocuparse por las dolencias de sus miembros sin necesidad de que exista un interés de por medio.
Vislumbro que el presidente que debe llegar a Acroarte para los próximos dos años, además de tener los conocimientos necesarios en torno a todos los temas que se manejan en la institución y las áreas que se reconocen en los premios que organizada la asociación, esté conciente de que muchas son las cosas que se han quedado en el pasado y que la Acroarte de hoy es más fuerte por sus triunfos que por la envidia, la mediocridad y la lucha de poder y la falta de conciencia y ética de sus miembros.
El que tenga la dicha de dirigir Acroarte debe ser quien vele por los intereses de los 200 y tanto de miembros y no por los particulares.
Quien no quiera usar la institución como escudo para buscar más allá de un reconocimiento profesional, favores que han salido muy costosos a la larga a la propia institución.
Un presidente que sepa fortalecer los lazos con los patrocinadores sin necesidad de comprometerse más allá de los límites de manera que los procesos sean cada vez más transparentes, como ha ido sucediendo.
Un presidente que además de ser un cara reconocida para todos y todas las acroartistas, el público, que en definitiva tiene la última palabra -aunque no vota- también pueda identificarlo por sus aportes a la crónica de espectáculo.
El presidente que deseo para Acroarte es aquel que para hablarle a sus miembros no necesita de palabras rebuscadas y mucho menos un discurso lleno de sofismos.
Quiero un cronista que sea capaz de identificar cuales son las necesidades que existen en estos momentos en Acroarte para seguir impulsando esta asociación que se ha convertido en un patrimonio de este pueblo y de esa manera se puedan lograr metas y proyectos que vayan acorde con estos tiempo.
Es mucho lo que se ha avanzado en Acroarte para volver atrás. Mi candidato tiene que hablar directo, llano, ser un cronista comprometido con su institución primero y luego con sus miembros, que para llegar no se valga de trucos ni de engaños y mucho menos de ofensas, un profesional a carta cabal que nos represente dignamente, aquí y allá.Que sepa cuando hablar y cuando callar, pero sobre todo que no necesite hacer mayores promesas para ganar el favor del voto que un trabajo decente y organizado para Acroarte y todos los acroartistas. ¡Ese es mi candidato!
Nota: La autora de este artículo es peeriodista, miembra de Acroarte.-