El sistema de sucesión instaurado por un sector en Acroarte ha degenerado en grupismo, que en vez de reforzar la institucionalidad, la ha ido debilitando, concentrando las decisiones en unos cuantos
El grupo, no bien terminan unas elecciones, decide el sucesor, que de inmediato, en pleno uso de los recursos de la institución inicia la campaña. Lo que nació con la finalidad de preservar el desarrollo de Acroarte, no es ni sueno de esas intenciones.
La membresía ha comenzado a advertir que de lo que se trata es de sucederse periodo tras periodo para asegurarse sus intereses y ha concluido en que ya eso debe de terminar.
Ni lo que se llegó a llamar Movimiento Nueva Generación es tal ya, pues ni se reúne con aquellos que se supone lo integran para decidir orientaciones en Acroarte. Ahí también las decisiones son unilaterales.
Los principales promotores fueron excluidos, y de decisiones colectivas se ha pasado a decisiones de dos o tres individuos que se atribuyen ostentar la voluntad de los otros. Tratan como seguidores a los integrantes, a quienes ellos les comunican sus decisiones para que éstos las acaten, y ya.
Esa forma de dirigir al “Movimiento Nueva Generación” la han traspasado a Acroarte, donde se han enquistado para decidir asuntos que deben ser aprobados por todos los miembros,
Hace más de diez años que Acroarte no hace una asamblea para autoevaluarse y redefinir sus metas. Entrega un premio Casandra y no se detiene a evaluarlo ni a conocer las quejas y sugerencias de los miembros sobre ese magno evento.
El ingreso de nuevos miembros se ha estado sustentando en lealtades previas, lo que explica por qué pese a que muchos jóvenes hoy son cronistas de arte, no han logrado su ingreso a la entidad, especialmente en la capital.
Ese sector se ha estado favoreciendo además por el inducido alejamiento de importantes miembros, entre ellos fundadores, quienes al entender que no son tomados en cuenta excepto para las elecciones, han optado por alejarse de la misma.
Todo ello ha conducido a que el minúsculo grupo que ha estado controlando a Acroarte en esta década se haya desarrollado “un sentido de propiedad” sobre ésta, a tal punto que cuando cualquier acroartistas que no sea de ese entorno aspira a presidirla, lo primero que hacen es emprender una campaña para “satanizarlo” y de esa forma bloquear la voluntad de los miembros a producir un cambio.
Como “ideología” de su grupismo, han desarrollado la tesis de que cronistas de arte son solo los que escriben en la prensa y por tanto deben dirigir a Acroarte, y pretendieron formar un bloque electoral que le ha fracasado. Es así como desprecian al comentarista de espectáculo de televisión y radio y a la generación que ha surgido en los medios digitales y a los que fundaron esa institución, quienes han sido olvidados.
Pero como toda maniobra tiene su fin, esta vez ese minúsculo grupo ha quedado atrapado, pues jóvenes y veteranos cronistas de arte hemos logrado gestar un movimiento que ha estado poniendo cada cosa en su lugar.
Con e Plan Estratégico de Modernización y Desarrollo Institucional de Acroarte hemos anunciado un camino distinto, y les hemos dicho a los acroartistas que el misterio y el secretismo deben terminar en Acroarte, para dar paso a la participación de todos, incluidos los miembros de las filiales de Nueva York y Miami, a quienes solo han estado usando en tiempos electorales.
Además, llevamos un candidato a la presidencia que ha sido parte del alma de Acroarte, de sus éxitos y desarrollo, que ha estado presente en los momentos cruciales de esta entidad y a quien no hay forma de que se le pueda satanizar, al menos, los intentos ya les han fracasado.////
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