Tras 35 años de una enriquecedora labor artística, tiempo durante el cual ha sido el arquitecto musical de exitosas propuestas, Víctor Waill regresa a ponerse al frente de su propia agrupación, soportada en el género de salsa y con un sonido diferente
“Víctor Waill y sus amigos”, así ha denominado a su banda en la que será su cantante, arreglista y director, cualidades que tiene de sobra, dada su experiencia primero militando en orquestas como Wilfrido Vargas, liderando proyectos propios y luego orquestando éxitos musicales de otros artistas.
Y para este regreso a escena Víctor Waill, lo hará a lo grande. Ya tiene un tema en la radio que promueve con intensidad como es el que se titula “Un poco más”, que había grabado la cantante Lissete Álvarez en balada, pero que él le hizo una cuidadosa adaptación en salsa.
El sencillo forma parte de su primer ofrecimiento discográfico de esta nueva etapa, que incluye además varios duetos, entre ellos uno que hizo con el merenguero Rubby Pérez en el corte ““Si quieres irte, mátame”.
De igual forma comparte la canción “A ella le gusta”, con Vladimir Dotel, líder de Ilegales, grupo que en el pasado Víctor Waill fue el responsable de la orquestación y arreglos de sus sonados éxitos como “Tu recuerdo”, “Como un trueno”, “Fiesta caliente”, “El taqui taqui”, entre otros.
El álbum de doce canciones, que ya está en su fase final interviene otro dúo con una joven cantante que reside en España y que se identifica como Fory. Con ella grabó “No perdamos tiempo”.
Y para que demostrar que hay de todo para escoger, el disco registrará una composición de José Antonio Rodríguez y Carlos Luis que se titula “Una más”, y que podrá ser disfrutada en salsa y balada.
Su trayectoria
Victor Waill inició su labor musical en 1974 en la banda “Tino Peña y su combo salsa”, de Baní. Estando en ese grupo fue que conoció a Wilfrido Vargas quien vio su potencial y de inmediato le propuso integrarse a su orquesta.
Con Wilfrido popularizó varios hits musicales en la época como “Charo, charo”, “Cachita”, “Enrique blanco” (junto a Vicente Pacheco), “Amigos míos me enamoré” y “Sansón batalla”, este último en salsa y que además concitó mucho éxito, al ser el número uno con la propia Fania All Stars.
Mayormente sus fuertes con Wilfrido Vargas fueron la salsa y la balada.
Tras salir de la orquesta de Wilfrido, militó por un año en “La esencia dominicana”, de Sony Ovalles, de quien heredó luego ese proyecto y lo obligó ante la ausencia del “maestro” a hacerse arreglista del mismo mientras llevaba su oferta por varios países.
A Víctor Waill hay que reconocerle el mérito de ser el artífice de acertadas fusiones musicales. En busca de un sonido diferente le agregó acordeón típico a algunas canciones sustentadas en el merengue tradicional. El resultado era más que novedoso.
Waill siempre ha sido una especie de “caja de sorpresa” en su trajinar musical.
En un momento de una carrera de luces, “capitaneando su propio barco”, se internó en Samaná para aprender del maestro Siriaco Stubbs, a quien recuerda con veneración y posteriormente se integra a la orquesta de Don Félix del Rosario.
Tras ese peregrinaje se fue a Estados Unidos para ampliar sus conocimientos musicales “conjuntamente amenizando actividades para poder sobrevivir en una tierra que no era la mía”.
Luego logró un contrato discográfico con Kubaney Records cuando formó a Víctor Waill y su grupo Panela. Con ese sello grabó “Diptongo de amor”, que le valió el premio Aplausos 92, en Miami.
Simultáneamente con sus proyectos personales, Waill se dio también para producirle a otros artistas y agrupaciones. A Víctor Roque y “La gran Manzana” le orquestó el tema “Mala, mala, mala” y a Fernando Villalona le hizo los arreglos musicales a éxitos merengueros como “Música latina”, “Que lo que” y “María morena”.
Para Pochy Familia y su Coco Band hizo la música de “El que llora, llora” y “Ya me olvidó tu nombre”.
En su lista además se inscriben trabajos para Rubby Pérez, Eddy Herrera, Los Rosario, Johnny Ventura, Wilfrido Vargas, Ravel, Monchy & Alexandra y el cantante argentino Alejandro Lerner.
Con Ilegales, que lidera Vladimir Dotel, Víctor Waill hizo prácticamente toda la música de sus éxitos como “La morena pide más”, “Una copa de licor”, “Tu recuerdo” (en balada), “Solo tú”, “Como un trueno”, “Fiesta caliente”, “El taqui taqui”, “A que te pongo”, entre otros.
Más maduro musicalmente, porque como él sostiene “el artista debe siempre reinventarse”, Víctor Waill pone a consideración del público una propuesta que aunque le llevó tiempo ponerla en marcha, cree que las cosas deben darse en el momento oportuno y así es como se revela ahora con esta fórmula de “altos quilates” producto de una experiencia profesional de tres décadas.
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